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Derecho a la sonrisa

Estamos concretando un sueño conversado en muchas reuniones con las mujeres que participan de las actividades y lugares de producción, comercialización, capacitación y finanzas solidarias que promovemos desde el área de Economía Solidaria de Cáritas Arquidiocesana.

Abordar cada acción desde una mirada integral siempre es el desafío. A veces podemos, a veces no. Lo que aseguramos es que nunca faltan intentos por lograr acciones dignas con cada una de las compañeras. Este año particularmente, por el contexto socioeconómico tan incierto, planificar se torna cada vez más difícil. Sostenemos asambleas y reuniones con temas cotidianos y de corto alcance, pero la Providencia está y siempre se hace presente entre nosotras/os.

Hace unos meses, fuimos convocados institucionalmente por la nueva gestión municipal a diversos lugares de intercambio y trabajo para fortalecer políticas públicas para el sector con el cual trabajamos. Así surgió nuestra participación en el programa Puntos de Encuentro Comunitarios (PEC).

Estos buscan promover y fortalecer redes comunitarias y responder a diversas problemáticas siendo nexo entre las áreas y dispositivos estatales, instituciones académicas, organizaciones políticas, sociales y religiosas, el sector empresario y la economía social.

Desde el área propusimos trabajar salud bucodental y salud ocular, dos problemáticas que afectan a casi la totalidad de la población destinataria de nuestro trabajo diario.

Nuestra idea es generar el acceso a derechos que nos pertenecen como seres humanos. Siempre con temores y expectativas, con ganas que a fin de año a más tardar muchas mujeres puedan ejercer el derecho a una sonrisa plena, con todas las piezas dentales, más allá del mero sentido estético, como primer paso para una salud mejor.

También pretendemos detectar enfermedades oculares -orzuelos, glaucoma, cataratas, retinopatía, presbicia, miopía, hipermetropía, astigmatismo- y acompañar los diferentes tratamientos que se requieran.

Celebramos, en estos tiempos de desaliento, poder trabajar por la esperanza colectiva y ser parte de iniciativas que -asumidas por el Estado, en este caso por la Agencia de Salud, Desarrollo Social, Ambiente y Hábitat del Municipio- se van transformando en políticas públicas que mejoran la calidad de vida de las personas y de las comunidades.

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