Cecilia Lupacchini y Marina Huentenao, integrantes del área de Economía Solidaria de Cáritas Arquidiócesis de Bahía Blanca, egresaron de la Diplomatura en Operador Socioeducativo de la Economía Social y Solidaria, impulsada por Cáritas Argentina y la Universidad Nacional de Quilmes.
Luego de participar del encuentro de cierre del ciclo formativo en la sede de la casa de altos estudios, Cecilia comentó que «la diplomatura tiene como objetivo la formación de dirigentes de base que puedan promover mayor organización del sector, con la finalidad de multiplicar los aprendizajes en la trama territorial en la que se trabaja».
Junto a Marina decidieron cursarla para fortalecer la labor cotidiana que desarrollan con familias productoras de la agricultura familiar y trabajadoras artesanales de distintos rubros de la ciudad y la zona.
«Se vinculaba directamente ya que nosotras trabajamos acompañando emprendimientos encuadrados dentro de la Economía Social y Solidaria. Muchas de las cosas que vimos ya las veníamos aplicando, pero también conocimos nuevas herramientas y yo particularmente pude ponerle nombre a distintas prácticas que llevábamos adelante», afirmó.
Respecto a la cursada destacó que algunas materias fueron más complejas que otras y que al momento de abordar la instancia práctica, la cual incluyó la elaboración de un proyecto, el tiempo transcurrió muy rápido.
«Al ser virtual y trabajar con el campus podíamos acomodar nuestros horarios para ver el material y leer la teoría, estuvo muy interesante. El último trimestre se nos hizo más pesado, pero lo logramos. Creo que la gran ventaja que tuvimos fue el haber cursado juntas con mi compañera de área, siempre nos apoyábamos y eso ayudó a culminar con éxito».
La propuesta de las integrantes de EcoSol apuntó a fortalecer y acondicionar una cocina comunitaria para que las productoras a quienes acompañan puedan producir con todas las normas bromatológicas vigentes. «En principio el proyecto fue pensado en un espacio, pero al no poder concretar el convenio de comodato con la provincia definimos mejorar la cocina que funciona en nuestra sede», dijo en referencia al histórico edificio de Rodríguez 78.
Agregó que uno de los objetivos «era poder adquirir un autoclave fabricado por el INTI, para que las mujeres puedan habilitar las conservas. Lamentablemente no fue posible porque los costos eran demasiado elevados aunque sí se aprobó el resto del proyecto orientado a la capacitación de las productoras y a la mejora del espacio de producción».
La implementación de la iniciativa implicó diversas actividades, por ejemplo, la organización de un taller de deshidratados para que las mujeres puedan aprender a utilizar el horno adquirido para tal fin. «Nos reunimos con dos organizaciones con el objetivo de llegar a un sector vulnerable al que no habíamos tenido acceso. Así fue como en conjunto con el CEA (Centro de Educación Agraria) y el Patronato de Liberadas fuimos delineando los cursos tanto de deshidratados como de conservas. Al conveniar con el CEA logramos conseguir la certificación oficial de ambos cursos».
Cecilia subrayó que las metas se cumplieron ampliamente y lograron animar a las mujeres que aún no están produciendo a comenzar con un emprendimiento que les ayude a generar un ingreso. «Nuestro trabajo es brindarles herramientas valiosísimas como la capacitación, acompañamiento, acceso a microcréditos y ofrecerles canales de comercialización que ya están funcionando».
«Fueron dos jornadas cargadas de emoción»
Entre el 20 y el 21 de julio se realizó el acto de egreso en la UNQ, el cual estuvo precedido por un panel titulado «Diálogos de la Economía Social y Solidaria con la economía de Francisco y Clara».
En este sentido, Cecilia planteó que ambas economías van de la mano. «Particularmente me resuenan las palabras de Cristina Calvo, muy clara en su planteo y sobre todo me quedó resonando algo que dijo que yo no sabía, que la Economía Solidaria surge hace miles de años de la mano de los franciscanos, quienes crearon un sistema de préstamos para ayudar a los siervos que estaban interesados en emprender de manera productiva. Este sistema fue conocido como ‘Monti di pieta’. Se les realizaba un seguimiento y podían acceder al préstamo una vez al año».
«También expusieron Rodolfo Pastore, director del Departamento de Economía y Administración de la UNQ, Gabriela Blanco, coordinadora del subárea de EcoSol de Cáritas Nacional y Clara Vernet, licenciada en Comunicación Social e integrante del equipo de Cuidadores de la Casa Común».
La flamante egresada relató que «el encuentro en la Universidad de Quilmes fue muy importante, ya que pudimos conocer a varios de nuestros compañeros de cursada y docentes en persona. Fueron dos jornadas intensas cargadas de emoción. Sobre todo, la entrega de diplomas ya que no esperábamos, al menos yo, que fuera tan formal. Fue una alegría muy grande contar con la presencia del presidente de Caritas Argentina Monseñor Oscar Ojea, y la vice rectora de la UnQui, Alejandra Zinni».
Tanto Cecilia como Marina hicieron hincapié en el apoyo recibido por el equipo de Ecosol de Cáritas Nacional, sobre todo de parte de María Lujan Llorensi, quien las motivó a realizar la diplomatura. «Fuimos la cursada número 13 y nos enteramos que en la actualidad se está dictando el DOSESS en la UP de Florencio Varela, creo que esto es muy positivo para que toda la sociedad tenga la oportunidad de capacitarse en el contexto que sea. Nosotras lo hicimos de manera virtual y estos chicos tienen la posibilidad de hacerlo en contexto de encierro».